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martes, 6 de marzo de 2007

Los 10 mandamientos de un papá

Existen leyes fundamentales para la paternidad. Los escépticos dirían que no; que la paternidad es demasiado complicada para ser reducida en una fórmula. Pero lo cierto es que al autor de estos principios, esta complejidad fue sólo un ingrediente más en sus motivos para encontrar las guías que se necesitan. Estos son los 10 mandamientos de un papá.

I. Papá, sé grande

A pesar de algunos cambios que se han dado debido al cambio de roles masculinos y femeninos, aún eres el hombre fuerte de la casa. Eso es lo que importa. Tu hijo espera que tengas estatura, más moral que física. No puedes evitar este rol, tienes que asumirlo. Eso no quiere decir que vayas a ser el déspota de la casa -los hijos de un déspota no son felices-, pero tampoco puedes ser una pizarra en blanco. Tus hijos quieren saber qué piensa su viejo acerca de esto o aquello. Eres el yunque en el que se fragua su futura relación con el mundo que los rodea. Sé una presencia en su vida y en sus mentes.

II. Papá, sé pequeño

Sí, parece directamente contradictorio con el primer mandamiento. Decíamos al principio que la paternidad es complicada. No seas tan grande que succiones todo el aire del cuarto; dale a tus hijos espacio para moverse, para probar sus ideas y sus fuerzas. Toma el asiento de atrás -hablando figuradamente- tres o cuatro veces a la semana. Di "quizás", "no sé" y que lo lamentas. Hay muchas cosas por las cuales pedir perdón: ira, falta de atención, ociosidad, lo que sea. Pide perdón, te sentirás como nuevo.

III. Papá, ven a casa

Las obligaciones de mantener la casa pueden alejarte de ella. Un montón de padres trabajan en turnos de día y de noche. Si ésa es tu situación, pues no hay nada más que decir, Dios te ayudará. Pero si puedes pagar las cuentas sin trabajar doble turno, tienes que estar en casa cada vez que puedas. No tienes que estar jugando todo el tiempo; ni siquiera hablando. Pero al menos estate presente. Ve a casa, nada bueno va a pasar hasta que estés allí.

IV. No seas demasiado drástico

No pongas demasiadas reglas ni muy difíciles. No hagas demasiadas líneas en la arena. Esto no significa que todo vale; hay reglas. Sólo significa que la paternidad es también improvisación y que los corazones humanos -tuyos y de tus hijos- comparten un mismo camino con un mismo compromiso. No insistas en que las cosas sean siempre a tu manera con tus hijos sólo porque en el resto del mundo no siempre hay alguien interesado en lo que dices o en lo que haces. Hay una diferencia entre autoridad y poder. Ten la primera, no abuses de la segunda.

V. No bailes delante de los amigos de tus hijos

Si quieres bailar, hazlo con mamá en privado. Hagas lo que hagas, no avergüences a tus hijos ni a nadie.

VI. Ahorra tu dinero

Seguro que te acuerdas de todos esos refranes que alaban al ahorro. Si no eres cuidadoso, tus hijos te van a mandar a la bancarrota. Piensa en el pago de su educación. En su primer auto. En la cuota de su primera casa. Aunque es cierto que el dinero no compra la felicidad, sí puede comprar un montón de otras cosas. Estate listo para emergencias.

VII. Gasta tu dinero, avaro

F. Scott Fitzgerald dijo que una característica de una mente brillante es la capacidad de tener dos opiniones opuestas al mismo tiempo (no importa que luego se haya vuelto alcohólico). Sorpréndelos con regalos de vez en cuando. Sácalos a pasear a algún lado. ¿Para qué ahorras el dinero? ¿para la universidad? tal vez no puedas ahorrar lo suficiente... Hay un futuro, y hay un presente.

VIII. Mantente en el piso

Aunque quieras participar con ellos, no te subas a una montaña rusa o a un juego del mismo tipo para sentir terror, miedo o desafiar a la gravedad. Es más fácil ser un buen padre cuando tienes los pies bien puestos sobre la tierra y tu sistema nervioso está en paz.

IX. Es SU vida, no tu segunda oportunidad

La verdad es que nos disgustamos cuando creemos ver en un niño aspectos de nuestra propia personalidad que nos enfadan. Es tentador tratar de compensar nuestras fallas en ellos. Sólo porque no fuiste un gran jugador de fútbol, no significa que él tendrá que hacerlo. Ayúdalos a seguir su propio camino, no lo tomes por ellos.

X. Ama a su mamá

Abraza a su mamá. Fuerte, seguido, y delante de ellos. Algunas veces el matrimonio termina, pero la obligación hacia una mujer no. Sé agradecido con ella. Háblale con respeto. Trata de hacerla reir. Escúchala. Puedes aprender cómo amarla.

Las armas con las cuales hemos ganado nuestras más grandes victorias, y que deben ser pasadas de padres a hijos, no son la espada y el escudo, sino la cortadora de césped, la pala, el martillo y los clavos, etcétera. Los triunfos de un papá son por tenacidad, por continuar hasta el fin. Haz entonces todo lo que eso implique. Encesta. Mete goles. Evádelos. Corre contra el tiempo. Usa todas las metáforas deportivas que te funcionen. Pero asegúrate de usar todo tu cuerpo, tu voz, tu memoria, todo lo que tengas. Susurra, grita, enójate, insiste, arregla el jardín, olvida, sé paciente, observa de cerca, disfruta.

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