1. El jefe tirano
Te complica la vida insistiendo en que trabajes todos los días, las 24 horas.
Simplifícate la vida saliendo a las 5. Y no olvides un afectuoso "¡Nos vemos mañana!" en su dirección. Algunas veces necesitas parametrar las espectativas de tu jefe. Eso significa salir de la oficina a la misma hora todos los días o limitar el trabajo durante el fin de semana. No te preocupes de ser despedido; si estuvieras haciendo un mal trabajo, no tendrías mucho por hacer.
Te complica la vida insistiendo en que trabajes todos los días, las 24 horas.
Simplifícate la vida saliendo a las 5. Y no olvides un afectuoso "¡Nos vemos mañana!" en su dirección. Algunas veces necesitas parametrar las espectativas de tu jefe. Eso significa salir de la oficina a la misma hora todos los días o limitar el trabajo durante el fin de semana. No te preocupes de ser despedido; si estuvieras haciendo un mal trabajo, no tendrías mucho por hacer.
2. El colega conversador
Te complica la vida convirtiéndose en un mueble de tu oficina, impidiéndote hacer tu trabajo o relacionarte con el resto de gente.
Simplifícate la vida aburriéndolo. No le des cuerda. No lo mires ni le digas algo que pueda alargar la conversación. Eventualmente dejará de ir.
3. La suegra gruñona
Te complica la vida diciéndote cómo debes hacer las cosas.
Simplíficate la vida conviritiendo a tu enemiga en amiga. La mayoría de hombres pasan el tiempo con su suegra sólo como parte de su relación de pareja, pero es importante desarrollar una relación entre ambos. Llévala a comer o ayúdala a hacer trabajitos de la casa. Al final, terminarás entendiendo sus motivaciones, y quizás, sólo quizás, deje de ser odiosa.
4. El vendedor insistente
Te complica la vida persiguiéndote por todo el centro comercial.
Simplifícate la vida vistiendo pantalones cortos. En un estudio de la Universidad de California, el personal de ventas se acercaba más rápido a aquellos que estaban vestidos formalmente que a aquellos que tenían ropa más casual.
5. El amigo trágico
Te complica la vida quejándose incesantemente de su patética vida y de todo lo que le pasa.
Simplifícate la vida haciéndole bromas, preferiblemente obscenas. Lo detendrá lo suficiente para permitirte cambiar el tema, y con suerte, eventualmente le cambiarás el discurso.
6. El que te pide dinero siempre
Te complica la vida pidiéndote prestado.
Simplifícate la vida dejándolo fuera. Dándole tu dinero, sólo estarás reforzando su costumbre y te estarás convirtiendo en un tipo permisivo. Se pondrá peor hasta que lo cortes. Discúlpate, dile que no y pásale la sección de empleos del periódico.
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