![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwRJ_KskWDaFGC39MucAskYZWxcGFJfpLaGUVO1jYAE3wKJGjGR09vkg0mS10LYBvxDGhaPILuCbYQqhof2LaSkIFGeAbbBfYRs7JuwR6AC9MVqok-yLiQI4sV51DAUi8Wu4XT1M7o83Wk/s320/conducir.jpg)
Si no tienes nada en qué inspirarte, el primer idiota que te meta el automóvil en el camino tirará tus mejores intenciones por la ventanilla. Aquí hay un buen motivo que debes considerar: si eres papá, debes entender que uno de los grandes indicadores de un futuro mal conductor es tener un padre que conduzca mal.
Haz una promesa
Firma un contrato con tu esposa o novia estipulando que ella puede decirte lo que piense con respecto a tu forma de manejar. Si tú mismo te preparas con anticipación para realmente escuchar la crítica constructiva sin estar a la defensiva y sin rencor, tendrás el beneficio de contar con un observador objetivo de tu comportamiento al volante.
Sé tu propio testigo
El siguiente mes, lleva contigo una grabadora cada vez que manejes, haciendo una crónica "en tiempo real" de lo que piensas, sientes y haces. Cuando Leon James, un reconocido psicólogo norteamericano, comenzó con sus estudiantes de psicología a documentar su comportamiento mental de esta manera mientras conducían, estuvieron atónitos por lo que encontraron: desde tendencias a asignar características humanas de personalidad a los diferentes vehículos (BMWs "egoístas", pick ups "obreras", minivans "cabeza huecas") hasta la adopción de personalidades de conducción mitológicas (héroes de acción, veteranos de fórmula 1, felinos depredadores).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario