5 luchas que no puedes (ni debes) evitar

Tu rendición

Crecer, casarse y empezar una familia o una carrera termina en tragedia para los hombres. Morimos. O por lo menos, muere eso que nos hacía interesantes para nosotros mismos. Todos tus jefes (léase padres, esposas, suegros, etcétera) tratan de convertirte en alguien que cumpla sus deseos. Ellos merecen nuestro mejor esfuerzo, pero no nuestra capitulación.

Tu promoción

No podemos estar rogando por un buen sueldo. Si somos buenos, merecemos el sitial que debemos tener. Si a pesar de hacer bien tu trabajo y desenvolverte satisfactoriamente en la empresa no eres reconocido, invierte en tí mismo y empieza tu propia empresa.


Tu autoridad paternal

¿Eres el papá juvenil y moderno? Tonto. No trates de identificarte con tus hijos tanto que te olvides quién eres; tal vez te duela más a tí de lo que a él al momento de ponerte fuerte, pero hay que hacerlo cuando hay que arreglar las cosas. Serás un buen padre si impones una disciplina justa. No importa si te odian un rato, no será permanente.

Tu salud financiera como pareja

Debes dejar las cosas claras con ella acerca de la plata. Sólo debes tomar en cuenta algunos hechos financieros sobre las mujeres: primero, el corte de pelo (con rayitos e iluminación) que puede superar fácilmente el equivalente a USD 40 ó USD50; segundo, esto pasa cada 6 semanas. Y tercero, si aceptas esto y armas tu presupuesto para eso, no habrán muchas más cosas que te vuelvan loco, si ambos saben llevar el dinero.

Tu causa

La mayoría de luchas inevitables, como las que estás leyendo aquí, son luchas para tí mismo. Pero llega un momento en la vida de un hombre en la que tiene que luchar por aquellas cosas en las que cree que son las correctas y las convierte en su lucha personal.