La primera parte de este artículo está aquí.
Si eres como la mayoría de la gente, cuando corres exhalas al momento en que tu pie derecho toca el suelo. Esto provoca una presión adicional en el hígado (que está a tu lado derecho), el cual tira del diafragma y provoca una punzada. Mejor exhala cuando tu pie izquierdo toque el suelo.
11. Detén la sangre con un dedo
Pellizcar la nariz y llevar la cabeza atrás es una buena manera de parar la sangre por la nariz, si no te importa ahogarte con ella. Mejor pon algo de algodón en tus encías superiores, justo detrás de los dientes debajo de la nariz, y presiona contra ellas fuerte. La mayoría de los desangramientos vienen de enfrente del septo, la pared de cartílago que divide la nariz; hay que presionar allí para detenerla.
12. Desacelera el corazón
¿Nervios con la primera cita? Respira lento y profundo. El nervio Vago, que gobierna el ritmo del corazón, puede ser controlado a través de la respiración. Esto regresará tus latidos al ritmo normal.
13. Descongélate el cerebro
Tal vez te haya pasado que tomando algo helado muy rápido, sientes que el cerebro se te ha enfriado, sobre todo si eres un hombre joven. Presiona tu lengua en forma plana contra tu paladar, cubriendo tanto como puedas. Dado que los nervios en el paladar se ponen extremadamente fríos, tu cuerpo piensa que tu cerebro también. En compensación, éste se sobrecalienta, causando un "dolor de cabeza de helado". Mientras más presión apliques al paladar, más rápido bajará el dolor de cabeza.
14. Prevén la miopía
Una pobre visión de lejos raramente es causada por los genes. Normalmente se debe al estrés de un punto cercano. En otras palabras, por ejemplo, quedándote frente a tu computadora demasiado tiempo. Cada varias horas durante el día, cierra los ojos, tensa tu cuerpo, toma una gran bocanada de aire, y después de unos cuantos segundos, suelta tu cuerpo y el aliento al mismo tiempo. Tensando y soltando los músculos como los bíceps y los glúteos, se puede lograr que músculos involuntarios (como los ojos) se relajen.
15. Despierta al dormido
Si la mano se te duerme mientras estás manejando o mientras estás sentado en una posición incómoda, mueve la cabeza de lado a lado. Esto elimanará la sensación de agujas y alfileres en menos de un minuto. Un brazo o mano dormidos es a menudo resultado de la presión en los nervios del cuello; soltándo sus músculos, la presión es liberada.
16. Impresiona a tus amigos
La siguiente vez que vayas a una fiesta, prueba este truco: haz que alguien extienda el brazo lateralmente hacia un lado, con la palma hacia abajo y completamente recto, y dile que mantenga esa posición. Pon dos dedos en su muñeca y empuja hacia abajo; él resistirá. Ahora dile que ponga un pie en una superficie que sea unos dos centímetros más alta que el suelo (con unas cuantas revistas, por ejemplo), y repite. Esta vez el brazo se derrumbará. Desalineando su cadera, se desalínea también la columna, y el cerebro siente que ésta es vulnerable, así que desactiva la habilidad del cuerpo de resistir.
17. Respira bajo el agua
Si necesitas recuperar esa monedita del fondo de la piscina, haz varias aspiraciones cortas primero: hiperventílate. Cuando estás bajo el agua, no es la falta de oxígeno lo que hace que te desesperes por respirar, sino el exceso de dióxido de carbono, lo que vuelve ácida la sangre, señal que dice al cerebro que algo no anda bien. Cuando te hiperventilas, el ingreso de oxígeno baja la acidez de la sangre y lo hace pensar que tiene más oxígeno. Te funcionará unos 10 segundos.
18. Ten memoria de elefante
Si vas a dar un discurso al día siguiente, revísalo antes de dormirte. Dado que la mayoría de los procesos de consolidación de memoria ocurren durante el sueño, lo que leas antes de ir a la cama tiende a ser guardado en tu memoria de largo plazo.
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